jueves, 11 de diciembre de 2014

5. Me alegro de llegar tarde.

Llegué tarde a la cena del triunfo y me encontré que la mesa estaba a rebosar y las mujeres miraban decepcionadas. Y comprendí que el manjar del fracaso fue a parar al banquete del triunfo. No fue tan malo, os contaré por qué estoy tan atada a este fracaso y entenderéis. por qué caigo cada vez que intento dar un paso HACIA arriba.
Ella es una mujer preciosa, en serio, su apariencia es muy muy hipnotizadora. Su piel es fría, te congela los dedos y te hace temblar, enfría tanto que duele hasta pestañear. Sus ojos son esperanzadores, quizás por la claridad y brillo que desprenden. Sus labios son cadenas frías de hilos de lana, la hicieron unos niños rubios con mucha ilusión. Su pelo es una cortina que tapa las alegrías del amor. Su nariz es tan pequeña que tengo que darle de mi aire para que PUEDArespirar, de mi propio aire. Su cuello es toda una pared con las diferentes huellas que han ido dejando todas sus amantes. Sus pechos son un profundo valle que incita al suicidio, entre sus curvas, los adolescentes marginales tenían que elegir entre amar en penumbra o bailar con la muerte toda la noche, toda la eternidad. Sus brazos me quitan la libertad, me hacen sentir presa entre dos frías rejas de acero duro. Sus dedos son hilos de oro perfectamente cosidos, tejidos a una falda de plata muy corta, muy útil y cariñosa para las caricias. Su vientre virginal tienta a la locura, marcado por una homosexualidad un tanto solitaria. Sus piernas son mundos paralelos, llenas de caídas, palidez y recuerdos. Tus pies desnudos están ensangrentados de tan largo camino que recorriste para acabar aquí, en el lugar equivocado, eres fuerte por haber llegado al triunfo siendo tu lugar el fracaso. Me alegra este error porque de no ser así ella no me miraría, de haberse ido a su sitio yo no le sentiría COMO le siento, que le adoro y le amo. 

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