miércoles, 31 de diciembre de 2014

18. Segundo año sin ti.

La Tierra ha vuelto a dar una vuelta alrededor del sol
bien.
Me alegro de veras, pero nada cambia;
nada cambia en mi vida.

Ella no vendrá con el nuevo calendario.
Él no me escuchará gritarle que le extraño.
Ellas no sentirán lo mismo otra vez.
Ellos seguirán el camino al revés
a pesar de ser muy tarde para coger un taxi
y regresar otra vez.

No siento nada ya que un nuevo año
no cambiará nada de lo que sentí.
La seguiré extrañando,
como hace un mes,
como hace un año.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

17. Escribir fatal corrompe cuerpo y alma.

El ordenador, cuadrado
y agobiante me mira.
La hoja de escribir
sigue en blanco.
No puedo.No quiero.
Dejas de parecerte
un genio cuando
te lees con ojos ajenos
y serios.

Versos verdaderamente bastos
fracasos, pésimos,
falta de talento que
busca inspiración
donde apenas hay voluntad.

No puedo escribir poesía
ni prosa por estar presa de pensar
que estos días
escriba lo que escriba,
sienta como sienta;
termina en la opción "eliminar".

Empezar a escribir
con una sequía de palabras
es como pasar un domingo
a solas con el perro del vecino.

lunes, 22 de diciembre de 2014

16. De la gran torre al bajo suelo.

Algunos caen como flores sintéticas
encima de un elevado escenario.
Otros caen como frías tormentas
en el mojado mes de mayo,


Pero todos, con distintas razones y
sin excepción de nadie caen, Caen, Caen. Caen Caen.


Yo caigo como la ligera pluma de un ave
desde la gran torre hasta el bajo suelo;
bajo y pobre suelo.
Tardo tanto en caer que algunos creen que
floto o que al menos, me mantengo arriba.


Pero esta gente olvida de que sin excepción
de nada ni nadie; todos caen, todo se cae,

viernes, 19 de diciembre de 2014

15. Inhumanidad de las personitas.

Aquellas personas que visten con bata blanca o traje elegante no son más que escoria. Puedes comprobarlo en cualquier hospital, está lleno de inhumanos, gente sin compasión que te dice "te voy a dar una mala noticia" con una sonrisa de Jocker en la boca (seguro que por dentro se descojonan y por eso no pueden evitar esa sonrisa), luego te controlan cada uno de tus latidos con gomas y te quitan el agua y te dejan con sed para ver cómo reacciona tu cuerpo ¡Qué capullos!

Son unos capullos sí, pero no tanto como esos psicólogos que dicen ser tus amigos, solo lo dicen porque no tienes ninguno y te cobran un pastón por hablarte y que no estés solo ¡Como hacen los buenos amigos!

¿Buenos amigos? ¿Qué son los buenos amigos? Supongo que no son más que gente que te acompaña y finge sentir compasión por ti para que luego tú hagas lo mismo con ellos. Creo que los inhumanos se creen buenas personas ¡Qué ingenuos!

No solo se consideran buenas personas ¡Cuidado! También protegen el medio ambiente y hacen campañas para salvar un mundo que ellos mismos ansían destruir. Tienen una lista de prohibiciones cuyo título ideal es "cómo ser un buen ciudadano":
-NO TIRAR BASURA EN LAS CALLES
-NO MATAR
-NO GRITAR
-NO ENGAÑAR A LA LEY
-NO ROBAR AL RICO
-NO ESCUPIR AL POLÍTICO...
Hay muchísimos más, es una especia de los 7(0000000) mandamiento modernos. ¡Que asco!

¿Sabes por qué tiran la basura en las calles? Porque son demasiado buenos e incumplen la primera norma, sí señor. No tiran la basura en el contenedor porque está lleno de almas que un día sacaron a los humanos. Su basura es basura privilegiada en comparación con las almas de los millones de poetas que llenan contenedores y vertederos a diario, a esos sitios el sol nunca llega ¡Me alegro de que me consideréis basura!

Yo, soy un humano de verdad (no soy egocéntrico, para nada) por eso me consideran un perro vulgar, por eso y porque ladro mucho en sus puertas. Nunca como la comida que me dejan los domadores del universo, tampoco creo que me consideren un chucho agradable, pero da igual, cuando cuela algo en el vertedero lo compartimos todos los escritores y así estamos bien ¡Quedaos con vuestro banquete!

miércoles, 17 de diciembre de 2014

14. ¿Y mi tristeza?

Hoy ya he pasado por esta calle 27 veces y sigo paseando, siempre con el mismo recorrido. Empiezo a caminar desde la casa de color azul con plantas y enredaderas largas, (esa casa que tan feliz parece) y llego hasta la casa de blanca, tan solitaria y abandonada; como yo.
Hace muchísimo frío aquí fuera pero quiero seguir caminando, debo seguir caminando. Estoy como siempre, la soledad reina en mí y lo devora todo, la mentira fina y sutil va volando desde un extremo a otro de mi alma, haciéndome sentir hipócrita e inhumana. Sigo caminando, debo seguir caminando, porque entre esta soledad y nostalgia sosegadas que siento me falta algo, algo que me acompañó toda la vida. Ya llevo 39 vueltas por la calle y creo que sé lo que necesito, pero no lo encuentro ni en las enredaderas ni el abandono, ni si quiera en mí.

Y me pregunto:

¿Qué es de aquella tristeza que se ha ido de mi vida? ¿Se ha ido con los niños que ayer jugaban en su balcón a ser super héroes? ¿Prefiere la oscuridad de aquellos ojos tan claros que se han apagado y no piensan volver a encenderse? ¿O solo se ha ido con las olas de La Costa del Sol y la marea se la ha llevado lejos?

A mi tristeza quiero yo, porque es mía, es mi alma gemela porque solo tengo soledad, ella me completa.
Devuélveme mi tristeza, ¡MALDITA SONRISA LA TUYA! Ya no me deja ser triste...

lunes, 15 de diciembre de 2014

13. Aquel que solo llora.

Soy aquel que solo siente dolor, y nada más. Porque su mente no hace nada más que llorar y su espíritu roto nada en el mar de lágrimas que éste derrama. Soy aquel  que de tanto dolor se olvidó de la amistad, de que hay alguien al otro lado llamando para entrar. Soy aquel que de tanto dolor dejó de imaginar, se secó el río de su inspiración y solo quedan palabras. Soy aquel de tanto dolor no supo como actuar, y con manos, destruyó una a una las piedras de ésta ruina en la que tú ya no estás.
Soy aquel que de tanto dolor te intentó llamar con el corazón para que volvieras, pero la boca no respondía, y así se hundía mi barco que siempre se mantuvo en flote, soy aquel que lo perdió todo y al que solo le quedó el dolor.

12. Quiero ir al olvido.

Quiero salir de esta incómoda jaula, de este "NO" sin verificación, de este "No" constante e imaginario.

Yo quiero ir más allá del amor, quiero dar un salto de fe y llegar al ansiado olvido. Quiero ser un pájaro libérrimo para dejar de ser un hombre prisionero de provocar guerras y admirar al dinero.

Creo en el cielo; es un lugar al que iré con mis alas porque solo es el olvido, me quedaré en el lugar más marginado del cielo, el lugar en el que no habite ningún recuerdo.
Creo en el fuego que prenderá y acabará con este hastío.
Creo en la partida dolorosa que será mi sueño cumplido.
Creo en que tu malvado recuerdo solo me arderá por dentro provocando que me convierta en ceniza.
Creo en el último grito antes del más llamativo suicidio.
Creo en el fénix que lo deja todo atrás, y a pesar de haber sido quemado, revive de su propia ceniza para provocar la envidia del débil ser humano.
Creo en el amor, pero más que en el amor en mis alas y más que mis alas, en el olvido; final de cualquier camino, desembocadura de cualquier río o cualquier llanto, eco de cualquier carcajada, testigo de éste grito ahogado que conduce a uno de esos llamativos y grabados suicidios.

domingo, 14 de diciembre de 2014

11. Perdición de la trucha.

Te quiero, no como quieren los humanos, que solo saben querer con la boca llena de mentiras e hipocresía.
Yo te quiero mejor, yo te quiero como la trucha al mero, yo te quiero con los labios llenos de deseo y los pies fuertes. Los pies fuertes como para darle patadas y pisar mil veces todo lo que se nos ponga en el camino.

Te quiero y lo grito con el pecho, espantando las olas y los vientos, te quiero que no me hace falta que me quieras. Te quiero que no necesito saber en qué sitio me pones, porque me da igual, no necesito un lugar, siempre me apoyaré en tu brazo.

Te quiero como la trucha al mero, pero menos correspondida y mas decidida, y con tantas lágrimas que quiero derramar en mi soledad plena, tu creación, mi muerte en vida, arroyada por tu rio amargo.

viernes, 12 de diciembre de 2014

10. Ama a tu libertad

Atrapada en su libertad, ella no cierra los ojos,
no se enamora, no llora.
Ella no mira más allá de la diversión,
odia el control, odia el amor.

Atrapada en su libertad, vive a toda cuesta,
no se para a respirar, ni a oír el ruido de sus botas.
Ella no intenta vivir, sino que se desliza
en una cuesta que no duele, que no se siente,
por la que van los niños tristes;
los adolescentes desgastados.

Ella nunca se pierde, se hizo su mapa
de la vida que será roto y basto
cuando encuentre la sonrisa deseada
en Roma o en Praga.

Atrapada en su libertad, ella no cierra los ojos,
y ya no sabe lo que es soñar.
Ha oído hablar de historias de amor
en las que los protagonistas se acaban por odiar.
No quiere saber de lágrimas profundas,
solo de sonrisas que espantan al amanecer
y atraen la noche en plena tarde
para sentir el frío y a la soledad plena
poder volver a abrazarse.

jueves, 11 de diciembre de 2014

9. Al poeta pasado

Entre labios silenciosos y ojos charlatanes
Hoy he conocido al creador de este arte 
Dejó un mensaje compasivo 
Al poeta venidero y amigo. 

Más hoy la compañía de aquel triste poeta
Es solo soledad en pareja, 
Sus huesos están enterrados 
Y olvidados bajo tierra. 

Aquel poeta pasado nada hizo en vano 
Pues el eco de su voz hoy alza gloria, 
Su meta hoy cumplida, saca afuera tu furia,
Te inspira, te atrae, te impulsa a mover tu mano.

Querido poeta pasado, 
que esto un ángel te dirá
Cuantas noches he estado, 
leyéndote sin parar.
No estuviste equivocado
En esta marea del azar.
Al alcanzar que tu voz grite 
Y en el camino no se rompa 
Como de rota hoy está el alma 
Por la que en otro tiempo 
Se apostaba la copa.

8. Después de ti no hay nada.

Atraqué el mes de abril
le robé sus más preciadas lluvias
y una por una las destruí,
quise sentirme humano
y algo escribí. 

Escribir está bien,
cuando escribes lo que sientes
y no sientes por escribir, pues
la poesía hace el hombre,
es algo más que leer.

Leer cosas tristes me hace triste
y aún peor las felices.

Felices me hacen sus ojos celestes
sus labios escarlata o su piel anémica.

Mejor que tu no hay nada.

Nada es lo que hay después de ti,
no hablo de la nada negra
pues el negro es algo al ser un color
ni el frío, porque en sí es un estado.

Estado de la nada para siempre se me quedaría
si dejase de ir detrás de ti,
aún loca, prefiero sentir.

Sentir, es algo que me gusta
aunque solo sienta puñaladas
que atraviesen mis entrañas
como el movimiento de tus pestañas.


7. Mira y di.

Cuando vayas por la calle y quieras mirar quiénes están respirando. Mira, mírales uno por uno, imagina de dónde vienen y sobre todo a dónde irán. Imagina que los conociste en alguna de tus otras vidas, imagina sus personalidades, pero sobre todo mira.
Cuando hagas algo mal, pide perdón, di que lo sientes. Di que te arrepientes, y cuida tus palabras diciendo que procurarás que no se repita. Cuando te enamores di que amas. No te quedes con la duda de saber la reacción de esa persona ante tu amor concedido, di que le amas y grítalo a los cuatro vientos, pero sobre todo di.
Cuando quieras mirar lo que hay detrás de la vida, míralo y dile a la muerte que viviste toda una vida esperándola. Y cuando se te acerque Dios mírale a la cara y di "Fui bueno y sensato, pedí perdón, supe amar, no hice lo que tu decías para ir al cielo pero fui muy sensato. Como se que eres morboso y a penas tienes conciencia, púdrete en el infierno" di eso, y de veras, se descansa mejor haciendo dicho y visto lo que nadie pudo.

6. Soledad

La soledad se ha INSTALADO en mí, no quiere salir, no lo hará. Me ha confundido con la risa de un niño, con el llanto de un anciano. La soledad, dice que soy su alma favorita, que soy tan débil que no me esfuerzo por ahuyentarle. Prefiero que esté ella en mi, no porque sea antisocial sino porque prefiero morir junto a un sentimiento antes que junto a un cuerpo inerte que traiciona. La soledad me devora. Es la razón de todas mis inquietudes, de todos mis insomnios. Por su culpa ya no tengo amigos de verdad, ni colegas que me acompañen en las épocas tormentosas. Pero la tengo a ella, que se ha instado en mi y no se irá. 
Postrada en el aire, se cree que por flotar y llenarlo todo ya es la luna. No quisiera ofenderle pero CADA vez que oigo su NOMBRE quiero llorar, no por ser preciosa, si no por ser cruel. AHORA nos amamos mutuamente ya que vivimos juntas PARA toda la eternidad, pero juro que fue muy cruel conmigo, cada vez que yo quería relacionarme, ella me arañaba la mente HASTA llenar de codicia hasta mí última respiración, hasta llenarme de inmundicia y "marginación".
Y sé que uno de esos abrazos por detrás me harán sentir mejor, sé que entrelazar mis dedos entre tus rizos me hará sentir viva. Pero la Soledad es tan fuerte que por cambiar el frío por calor, me quema los dedos hasta convertirlos en ceniza encima tus rizos, esos hermosos rizos, ahora ya sucios de quemada inmundicia. 

5. Me alegro de llegar tarde.

Llegué tarde a la cena del triunfo y me encontré que la mesa estaba a rebosar y las mujeres miraban decepcionadas. Y comprendí que el manjar del fracaso fue a parar al banquete del triunfo. No fue tan malo, os contaré por qué estoy tan atada a este fracaso y entenderéis. por qué caigo cada vez que intento dar un paso HACIA arriba.
Ella es una mujer preciosa, en serio, su apariencia es muy muy hipnotizadora. Su piel es fría, te congela los dedos y te hace temblar, enfría tanto que duele hasta pestañear. Sus ojos son esperanzadores, quizás por la claridad y brillo que desprenden. Sus labios son cadenas frías de hilos de lana, la hicieron unos niños rubios con mucha ilusión. Su pelo es una cortina que tapa las alegrías del amor. Su nariz es tan pequeña que tengo que darle de mi aire para que PUEDArespirar, de mi propio aire. Su cuello es toda una pared con las diferentes huellas que han ido dejando todas sus amantes. Sus pechos son un profundo valle que incita al suicidio, entre sus curvas, los adolescentes marginales tenían que elegir entre amar en penumbra o bailar con la muerte toda la noche, toda la eternidad. Sus brazos me quitan la libertad, me hacen sentir presa entre dos frías rejas de acero duro. Sus dedos son hilos de oro perfectamente cosidos, tejidos a una falda de plata muy corta, muy útil y cariñosa para las caricias. Su vientre virginal tienta a la locura, marcado por una homosexualidad un tanto solitaria. Sus piernas son mundos paralelos, llenas de caídas, palidez y recuerdos. Tus pies desnudos están ensangrentados de tan largo camino que recorriste para acabar aquí, en el lugar equivocado, eres fuerte por haber llegado al triunfo siendo tu lugar el fracaso. Me alegra este error porque de no ser así ella no me miraría, de haberse ido a su sitio yo no le sentiría COMO le siento, que le adoro y le amo. 

4. Ni el sol ni la luna.

No hablaré ni del SOL ni de la luna, porque no están a mi alcance, pero hablaré del color de tus ojos azules y de tus pupilas grandes.
Juro que la naturaleza me da igual cuando te deseo, ya que eres la vida, mi vida, la naturaleza no es más que alguna de tus PARTES.
Es muy triste depender de alguien, pero tus pestañas son los hilos que controlan CADA uno de mis latidos y tu precisión es formidable.
No llores porque las penas tuyas provocan en mí el desastre, no suspires que ya envejezco; no te enfades que se caen las gaviotas de nuestro cielo gris. 
Nuestros pájaros negros se ríen ante tu palidez inhumana, se ríen de la luna que AHORA se cree mujer bella y descuidada.
Que me llamen loca pero ni el sol ni la luna, brillan tanto COMO CADA uno de los pavimentos de tu piel.

3.Mi amor es muy triste.

Hoy voy a declarar mi triste amor en una fugitiva nota.
Voy a olvidar la alegría de tu sonrisa cuando en deseos con sus labios choca.
Voy a imaginar que tu cuerpo se estremece y tu piel se eriza por mi voz: profunda y viva, no, ni a la libertad pertenece cada vez que se quiebra de tanto amarte.
Voy a contar las pecas del cuerpo del pecado, las paces de las guerras y los cuchillos que acabaron con heridas deprimentes.
Tengo mucho tiempo para contar.
Voy a hablar de las lágrimas que se crearon para llorar en palacios, y viajaron hasta los suburbios llenando tu calle de llanto.
Voy a sentir que el placer es el más cauteloso fraude y que el sol aún brillará cuando nuestro amor se apague.
Ahora, amo triste y me hierve la sangre. Mi amor por ti ha sido fugitivo, inesperado, como la aurora de Finlandia, como la saliva de tus entrañas. Mi amor es como una pésima obra de arte, no ha sido hecha con pincel y pintura, ni expuesta en museos de gente elegante; ha sido hecha con mis uñas trazando un placer, como tocarte, y será expuesta en el pasillo de tu soledad, para que la mires en tu espalda cuando amor te falte. Mi amor es muy triste, y sus alas pesan ahora, como las de un ave.

2. EL SOL Y LA LUNA


Fui a abrazar al sol y me encontré con la luna.
No me da calor pero es así como me gusta. 
Es fría y distante, así como me gusta.
Me hace llorar cada vez que de perlas se llena, y a mí, es así como me gusta.
En el invierno,  entre la nieve la invento, hago bolas blancas y puras y la hablo como si fuera ella aunque de noche, ella se esconde así como me gusta.
Su piel es pálida y sus labios negros, los mismos que me dieron la vida. Sustituye la luz y mata a las estrellas, siempre en su cuerpo traidora, mi cuarto o medio de alma gemela, su piel, la que brilla como las gemas, la que me encanta y me pone enferma, la que me enamora tanto como me duele y me agita con su voz demoledora.
Fui a quemar al sol.
Y me congeló la luna.

1. Recogí hojas muertas de árboles bajos.


Recogí hojas muertas de árboles bajos.
Cada hoja me  cuenta una historia, parecida a un relato de algún poeta de pacotilla. Cada hoja muerta era una lágrima mía. Expulsé todas las lágrimas que sentía y me quedé realmente vacía. Al igual que el tronco del árbol en otoño: me decían “triste” porque en mis ojos reinaba la tristeza. Me decían loca pero perdí mis locuras en algún libro sin final, pues cualquier felicidad era alerta para una profunda amargura. Entonces entendí lo que para el otoño significaba la llegada de la primavera.
Recogí las hojas muertas de los árboles bajos; añadí a mi pared historias sin blancos.