lunes, 30 de noviembre de 2015

Las arañas que poblaban la buhardilla han desaparecido
el terror de descubrir el llanto provoca la huida.

Escribo en el exilio de la felicidad
versos al día más amargo del mundo.

La bestia que tanto enterró
hoy no podrá llorar su muerte.

El sol no brillará mañana
Se vestirá el cielo de negro
Deambulará por las calles solitarias
Donde se arrancan los latidos del alma.

Dentro de una vida hay espacio para cuatro muertes
y solo la muerte de haber nacido duele.

La bestia ha huido para darle pan a los pobres
la bestia ha huido a calentar la tierra
la bestia no me dará la mano por las tardes
la bestia no volverá a pasear su tristeza por el puerto.

Hoy dormiré con la luz encendida
por falta de una bestia que la apague.

Márchate,
no existe consuelo eficaz cuando la esperanza está al borde del abismo
bailando un vals con la muerte.